¿Qué es efímero? ¿Puede un perfume considerarse efímero por el hecho de no haber tenido la acogida esperada, por haberse dejado de producir –debido a tantas causas, económicas, personales…- y formar ahora parte de catálogos antiguos?
Incluso en el caso de aquellos perfumes que ya no se fabrican, existen escritos, anotaciones, grupos, coleccionistas, que esgrimen la belleza de algo que formó parte de toda una época, de un movimiento cultural, social, e incluso político. Dichos perfumes considerados “de culto” no son ni serán nunca efímeros. Poseen un escudo cargado de belleza histórica que lo mantienen en las altas cotas de la perfumería, aunque ya no venda, siendo leyenda, siendo un auténtico símbolo de algo que nunca podrá ser efímero.
Pero en este caso, no me refiero a dichos perfumes. Sino a aquellos que, un buen día, aparecieron, y tras un tiempo de contrato determinado, dejaron de existir, o aquellos cuyos ingredientes resultaban caros una vez la celebridad que los promocionaba fue decayendo.
Dichos perfumes pueden considerarse efímeros bajo el punto de vista comercial. Sin embargo, perduran en el recuerdo de muchos, y aún a veces, durante charlas de café se mencionan, se recuerdan, y hasta se pueden “oler”.
Lo efímero en este caso se torna actual, vivo y palpable, nos llena de una nostálgica felicidad, algo que también nos produce una cierta melodía, o una escena concreta en la historia del cine. Solo que en los dos últimos casos, tanto la música como el celuloide están allí, y para siempre. En el caso de estos perfumes, nosotros somos los que hacemos que pervivan, y por ello nada más lejos que recordar un perfume del pasado, para que el arte de la magia acuda rápidamente a nuestros sentidos, y a nuestro recuerdo, haciendo de nuevo vivir un momento, una entrada en un avión, un paseo en un verano de adolescente, un lavabo antiguo en una casa de campo, una toilette dentro de un neceser durante un viaje de colonias (nunca mejor dicho) como viaje de fin de curso, o una mañana fría, en un país lejano, llevando bufanda de lana, buscando un taxi, y aspirando el aroma que éramos “nosotros” en aquel preciso instante.
Imagen© Roger Hutchings
Es posible utilizar una réplica, pero el momento, y el sentimiento de aquel perfume no podrá ser el mismo, y a mi entender eso es también llamado romanticismo, fidelidad, aunque no fatalidad. Por eso, prefiero acudir al mundo del coleccionismo, y hacerme con un frasco, aunque esté ya vacío. Sus aceites persisten en mayor o menor grado. También puede optarse por obtenerlos por encargo, tarea difícil, y seguramente cara, en caso de éxito.Los perfumes nunca serán efímeros, mientras existan días y noches en la vida de cada uno. Al contrario, tienen el poder de hacer de lo efímero y banal algo intenso, claro y vivo en el tiempo presente. Y en el futuro.
©Carmen Garrido 2010
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