lunes, 31 de enero de 2011

2010 Arabian Nights de Jesús del Pozo. Opinión

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Hace un tiempo pensé en la idea de crear un blog en el cual escribir sobre las cosas que me ocurren y las cosas vividas. Sin embargo no lo hice. Tras pasar unos meses ya (este blog se creó a finales de septiembre de 2010) me doy cuenta de que, a través de mis opiniones acerca de los perfumes de los cuales hablo en este pequeño rincón, van surgiendo, casi sin darme cuenta, aspectos de mi vida, cómo soy, vivencias, episodios importantes en mi vida… Y todo ello gracias al perfume. Un vínculo que se crea y del cual surge un camino en el cual se encuentra el pasado, el presente y la imaginación por donde me llevan las notas que van fluyendo de un frasco.

Hoy os hablaré de Arabian Nights, de Jesús del Pozo. De una materia preciosa que forma parte de su fragancia, el oud, o oudh. De todo aquello que puedo comprender en este perfume oriental y puro, y estoy segura de que muchas cosas más irán fluyendo a medida que exponga mi opinión sobre el perfume y el frasco que envuelve este aroma que nos lleva muy lejos.

En primer lugar, Arabian Nights, creado en 2010, es un perfume masculino, el cual tiene, en su composición maderas orientales y resinas, así como unas notas primeras que nos proporcionan un aroma campestre y sensual.

Últimamente, existe la tendencia por parte de diferentes perfumistas de traer hacia Occidente aromas que forman parte de la vida mística y muchas veces cotidiana del Medio Oriente. Maderas y resinas que forman parte de la historia de lugares como Omán, o del actual Dubai, o las tierras que componen los Emiratos Árabes Unidos, donde las rutas de las especias, de las esencias, y de muchos alquimistas se daban cita, desde tiempos antiguos. Si tenemos que recurrir a los primeros datos escritos de cómo las esencias se extraían en aquellos lugares, debemos entonces leer el primer libro de historia así considerado, escrito por Herodoto, que realizó significativos viajes por toda aquella área, incluyendo Persia y muchos otros lugares lejanos, y que escribía, y describía con detalle, la forma de extraer resinas, maderas preciosas, entre muchas otras actividades.

Muchos son los perfumes que hoy en día nos traen aquellas fragancias orientales milenarias, pero otros hacen lo contrario, nos llevan directamente allí, y así el viaje olfativo se torna recuerdo para quien ya conozca sus ingredientes, pero también un nuevo encuentro por la forma en que la fórmula ha sido concebida.

En este caso, Arabian Nights no sólo nos trae los efluvios de las Mil y Una Noches, sino que nos hace ir directamente a los zocos de las especias, de los mercados de oro y de un lugar al cual nos dirigimos con serenidad y sensualidad convertidas en misticismo.

Al haber realizado varios viajes por tierras del Oriente Medio, pasar noches bajo las estrellas en el desierto, incluso haber convivido con gentes de la tierra que posee una vida que no vemos  pero que es un paraíso íntimo, y de vivir entre las gentes de grandes ciudades y pequeñas aldeas lejanas, este perfume ha traído a mi memoria no solamente recuerdos y vivencias, sino que me ha llevado de nuevo allí. Un viaje mágico como si hubiese estado viajando sobre una alfombra mágica.

TEST SOBRE PAPEL: Tanto el tomillo, un tomillo de campos soleados, como la rosa, que surge muy unida, dan una sensación de poder y de tranquilidad al mismo tiempo. Enseguida el vetiver y las maderas de gayac, sándalo, pachuli, se unen en este aroma de campo, transformándolo en sutileza y en un aroma muy amaderado que todavía contiene la dulzura de la rosa, transformándola en rosa mística, rosa de amor, rosa de templos, de lugares por los que uno camina, llevando consigo la flor interna que es nuestro propio corazón. Una fragancia limpia va inundando la estancia. Es la que lleva el mercader guardada entre su vestimenta, y que al pasar nos deja su huella; es también la entrada a un mercado de esencias, de extractos, de resinas, la entrada a un monasterio copto, la entrada a una mezquita, a un momento que se va a eternizar en nuestro recuerdo para siempre. La vista ofrece mil colores lejanos, el oído cientos de murmullos llenos de vida, el tacto, el aire cálido que lleva arena finísima, apenas perceptible; el gusto, una lámina escarchada de rosa, y el olfato un mundo que nos dice que algo grandioso nos trajo a esta tierra, por alguna razón que agradecemos y que nos seduce. Notas de azafrán se van uniendo y fijando con cedro de Virginia, y luego el almizcle, el láudano francés, la fijación de un ámbar y… finalmente la sorprendente fragancia del oud. Por mucho que hayamos olido diversos tipos de incienso, no es fácil describir el aroma que surge del oud.

El oud, o oudh, del cual ya hablé en otro artículo es en mi opinión el ejemplo más ensalzado de lo que representa un aroma oriental. Una madera que se extrae gracias a la enfermedad de un árbol, donde la naturaleza nos muestra una y otra vez que de todo lo malo siempre sale algo bueno, y que incluso ese algo es, no solo bueno, sino un puro milagro de la vida; significa de forma mística la transformación alquímica que se hace en nuestro corazón durante un viaje iniciático en el alma. El oud es llevado por muchas personas desde tiempo inmemorial. Lo llevan en forma de aceite sobre la piel de sus muñecas, pasándolo rápidamente por sus vestiduras, en ritos antiquísimos y en peregrinaciones a la Meca. Allí, lugar considerado cuna de la religión, mucho antes de que el Islam apareciese, ya se peregrinaba, y con nombres diferentes se iba a visitar un meteorito que cayó hace miles de años y que luego se cubrió para protegerlo, en la Kaaba.

¿Por qué el oud es tan importante místicamente hablando? Significa la transmutación de nuestras propias emociones hacia lo divino, sea cual sea lo que concebimos como divino, pues al fin y al cabo, nuestra alma es la que se purifica, y así se diviniza también. El oud es un aroma puro y nos lleva a desear volver una y otra vez a estas tierras donde la abundancia de especias y esencias forma parte de la vida cotidiana.

TEST SOBRE MI PIEL: La rosa está más presente aquí , pero el tomillo la suaviza, dándole un tono de masculinidad. Enseguida surgen las maderas, unidas al vetiver, y sigue siendo un perfume apto para ambos sexos, pues en sí es un aroma tan familiar que no necesita sexo. Es sexo en sí, es misticismo también, es sensualidad de leyenda, de cuentos de alcoba y de aires de mercado. Es también un pensamiento bajo un árbol en un oasis, la tranquilidad de la noche, la magia de las danzas, la belleza de los ritos ancestrales de los beduinos.

Las notas de fondo, amaderadas, resinosas y dulces se unen a lo que surge después: ese oud que no transforma el perfume sino que le añade el punto ya transformado. Un perfume que lleva a concebir que un dibujo puede ser simple y complejo a la vez, como una mirada lo es, llena de misterios.

En estos momentos veo a un joven en pleno arte de cetrería. Su ave vuelve y se rebela, en un juego en el cual la confianza mutua se va creando, lo mismo que ocurre con la concepción de un perfume, un juego donde no se espera en verdad nada, sino donde el perfumista es espectador de lo que va ocurriendo hasta llegar a un final que se hace eterno. Como lo es el amor.

Este perfume es una forma de agradecer la belleza de un pueblo que desde tiempo inmemorial ha sabido explicar de mil formas la complejidad y la sencillez del ser humano, la inteligencia matemática y las más bellas expresiones de amor, con cuentos de seducción, historias llenas de enigmas por solucionar que dejan perplejo a quien las escucha, poesía de cantos de amor de Rubayyat, increíbles ejemplos arquitectónicos, donde uno podría pasar horas, descubriendo leyes del universo y todo ello adornado con el oud y otros aromas orientales, en un frasco oscuro, con adornos dorados, que guarda la esencia de algo precioso. Las letras que conforman su nombre también son doradas, el frescor al tacto y las líneas sencillas enriquecen las estrellas, grandes y pequeñas que lo envuelven.

Aquí muestro el perfume Arabian Nights así como ejemplos de algunos tipos de resinas y de maderas que guardo. A la izquierda podéis ver el oud.

Este perfume lo veo en aquel hombre que camina por el desierto, en el que toma té con su hijo, en el que se afana por llegar a un templo, y en el que canta al oído de su amada los versos que ella le inspira y que juntos dirigen a las estrellas en una noche llena de vida y de dulces ensueños. En Occidente es el que lleva el hombre una noche romántica, sensual. El que ha llevado la fragancia y se dispone a escuchar una ópera, sabiendo que el perfume debe ser aplicado con discreción, mucha discreción, para así hacerlo misterioso.

Arabian Nights, de Jesús del Pozo se presenta en frasco de 100ml como EDP.

Arabian Nights puede encontrarse en España, pero solo en los aeropuertos. Este perfume que evoca riqueza, tanto material como espiritual, esperamos que pronto esté a la venta en España. Tengo que añadir que hace unos días puse tres sprays sobre mi almohada. Todavía siento el aroma, del oud, más tranquilo, y lejano. Y así me envuelve en un sueño de leyendas y de evocaciones de un amor lejano que representa el oud aquí, por la belleza mística de su corazón.

 

Imagen: Cetrería en Abu Dhabi, Emiratos Arabes Unidos © Jeremy Horner

3 comentarios :

  1. El packaging me parece una preciosidad... a ver si puedo acercarme a olerla, porque me han entrado unas ganas después de leer esto!!!!
    Un besito guapa

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  2. que bonito es el bote me encanta, tengo que probarla haber que tal su olor, un beso y gracias por la informacion

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  3. Excelente revisión!!!!!!!!!!! Deseoso de algún día poderla probar.

    Saludos

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Gracias por tu comentario:-)

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