Existen varias referencias al kyphi, en los Textos de las Pirámides, por ejemplo. Un sacerdote egipcio, llamado Manetho o Manethon escribió un tratado sobre el modo de la preparación del kyphi, un texto hasta ahora perdido. Galeno, Plutarco y Dioscórides escribieron sobre esta composición milenaria, y poetas han cantado a este incienso dedicado a los dioses.
Podríamos hablar del kyphi basándonos en lo que hoy en día se sabe, pero voy a referirme a un libro escrito en 1887 por Victor Loret, quien realizó un estudio minucioso sobre su historia, personas que lo mencionan, ingredientes, comparaciones y fórmulas.
Este libro será distribuido aquí, capítulo tras capítulo. Hoy comenzaremos y sabremos algo más sobre uno de los más preciados ingredientes del culto faraónico, que ha llegado hasta nuestros días.
Hoy en día, existen, ya sean perfumistas, ya sean simplemente curiosos, que han intentado realizar esta fórmula. Pero a través del libro veremos que según los autores que de él hablan, los ingredientes cambian, poco o mucho, y el autor intenta llegar a su auténtica fórmula.
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I - El Kyphi: Perfume sagrado de los antiguos egipcios , Victor Loret (1887)
DISOCÓRIDES:
“El kyphi es un perfume para quemar, muy buscado por el culto, y de gran uso por sus sacerdotes.
“Tómese medio “setier” de chufas (medio chopín, o la cuarta parte de una pinta, que viene a ser medio cuartillo escaso de nuestra medida de vino (Diccionario francés - español y español - francés, Volumen I, por Melchior Emmanuel Núñez de Taboada. Cuarta edición, 1827, nota de la traductora) , y la misma cantidad de enebro (junípero) muy graso; 12 mines (medida algo mayor que la fanega castellana) de pasas carnosas, sin pepitas; 5 mines de resina purificada; cálamo aromático, aspálato, shoenus: 1 mina de cada, mirra: 12 dracmas, vino viejo: 9 “setier”; dos minas de miel (algo más de dos fanegas castellanas).
“Tras haber sacado las pepitas de las pasas, cortadlas y hacerdas una pasta con el vino y la mirra; moled también las demás sustancias, mezcladlas con las precedentes, y dejadlo macerar todo durante un día completo.
“Coced la miel hasta que se haya conseguido una sustancia viscosa, fundid la resina, y mezcladla con cuidado con la miel. Finalmente, mezcladlo todo, moledlo con gran cuidado, e introducidlo en una vasija de barro. (1)
PLUTARCO:
“El kyphi se compone de dieciséis ingredientes: vino, miel, pasas, chufas, resina, mirra, aspálato: 2 mitades, 3 nardos, 3 trozos de buena canela, cyperus puro: 3 dracmas (aquí repite la misma acepción, por lo que es posible que vuelva a decir chufas o quizás en este caso sea papiro); la misma cantidad de bayas de junípero, gruesas y grasas, 9 dracmas de cálamo aromático, miel en cantidad suficiente, vino en dosis mínima.
“Se echan en un mortero los bedelios, el vino y la mirra, y se muelen hasta que tengan la consistencia de una miel fluida. Luego se añade la miel, que antes ha sido mezclada con las uvas pasas, machacándolas. Por fin, se mezlan todas las dem’as sustancias tras haberlas molido y se divide la masa en pequeñas pastillas redondas, que se utilizan como incienso para los dioses.
“Es así como Rufus, hombre excelente y hábil practicante, nos enseña cómo se prepara el kyphi. Algunos, cuando no tienen canela disponible, en su lugar utilizan granos de cardamomo, preparándolos de la misma manera. El kyphi se bebe, a la dosis de un dracma, en todos aquellos casos de dolorres hepáticos, pulmonares o de otros órganos internos.(2)
“Dioscórides indica solamente once sustancias para la elaboración del Kyphi, como lo hace también Plutarco, al considerar las dos especies de junípero como dos sustancias. Plutarco y Galeno indican la medida, y el autor de Acerca de Isis y Osiris insiste en la causa que ha motivado este especial número de ingredientes. De hecho, las recetas egipcias, tal y como se verá más adelante, enumeran, efectivamente, dieciséis ingredientes.
Las recetas griegas no son idénticas. Sólo once sustancias se encuentran en los tres textos. Se trata de miel, vino, pasas, cyperus, resina (3), mirra, aspálato, las dos especies de junípero, cálamo y schoenus, es decir, precisamente todas las sustancias mencionadas por Dioscórides. Existen divergencias en cuanto a las otras cinco, sin contar el cardamomo (Plutarco), que Galeno cita “como pudiendo ser reemplazado por el cardamomo”. En cuanto al resto, si mis identificaciones de plantas faraónicas son acertadas, ninguna de las dos recetas con dieciséis sustancias es exactamente la receta egipcia.
M.G. Parthey, autor de una edición del tratado de Plutarco, ha tenido la curiosidad de hacer que un farmacéutico de Berlín preparase las tres recetas griegas de kyphi. He aquí, según lo que comenta en sus notas de su edición, la impresión que le ha producido el perfume egipcio:´
“Si he querido componer aquí las tres principales recetas griegas que tenemos para la elaboración del kyphi, el motivo fue sobretodo para poder utilizar los datos desde el punto de vista de la identificación de ciertas plantas egipcias. Así pues, es el estudio de los nombres jeroglíficos de estas plantas lo que nos permitirá examinar con detalle los ingredientes mismos que forman parte de la composición del perfume. (4)
(1) Ediciones C. Sprengel, Lipsiae, 1829.
(2) Ediciones D. C. Gottlob Kuhn, Lipsiae, 1827
(3) Рηπιυη, sin epíteto, está, generalmente, y creo que con razón, considerado un sinónimo de περμινθΙνη.
(4) G. Parthey, Uber Isis und Osiris, nach ner verglichenen Handshriften mit Ubersetzung und Erlanuterungen herausgegeben, Berlin, 1850, p. 277.
Traducción del Francés: Carmen Garrido
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Nota: Recuerdo en mis visitas a los monasterios de Wadi Natroun en Egipto, que se vendían resinas compuestas en forma de incienso para quemar. Todavía guardo muchas de todas ellas, las cuales de vez en cuando utilizo, pero no se que tipo de fórmulas son, aunque si sé que se trata de preparados que ya realizaban los primeros monjes cristianos en el área de Wadi Natroun, donde en el siglo III existían muchos monasterios, y antes del Cristianismo, muchos ya estaban construidos, pertenecientes a los gnósticos. Y remontándonos en el tiempo, el lago de Wadi Natroun era utilizado para el embalsamiento de las momias por su fuerte concentración de sal.
Por ello, las fórmulas vendidas allí, hoy en día, todavía sugieren reminiscencias del mundo del perfume del antiguo Egipto
Exposición de los Tesoros de Tutankhamon, 2009
Jarro de alabastro para la conservación de perfumes
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